Cuando el amor llegó
irrumpió en el voraz
sentir de mis sentidos
y fue la flor lozana
colorida y alegre
que esparce su perfume
entre tu cuerpo;
pero mi amor murió
y los pétalos mustios
de la flor, ya marchita
se marcharon volando
entre los pliegues
del desamor que diste.
No vuelvas a buscar
nuevas auroras
cuajadas de perfumes
y rocío;
porque el amor aquel
ya conoció el ocaso
y mi jardín florido
¡ya no existe!
Abrojos ya
del tiempo que se aleja:
ya no me pertenece
ya no te pertenece,
es un muro infranqueable,
mudo a tus desvarios.
Este amor ya no es tuyo.
Este amor ya no es mio.
Ya no te puedo dar
lo que no tengo.
Este amor ya murió.
¡Déjale ir tranquilo!