Yo misma te busco,
yo misma te abrazo,
yo misma te mimo,
yo misma rechazo.
Yo misma me pongo
como en tus zapatos,
yo misma te pongo
como en mis zapatos.
Yo misma distraigo
entre rato y rato
las ganas de verte
y las de no verte
por un largo rato.
Yo misma me pongo,
en mis desamparos
a buscar tu boca,
para oír reparos.
Yo misma me aflijo,
yo misma me ato,
con la misma rabia,
vengo y me desato.
Yo misma te culpo,
yo misma te salvo,
porque soy yo misma,
la misma que, en vano,
se dice a sí misma
que no te ame tanto.
Y siendo yo misma
quien pone las reglas,
yo la que comete
grandes desacatos,
entre amarte mucho
y no amarte tanto.