En los barcos,
cansados de estar solos,
campea la incertidumbre
del encuentro.
Las algas se amontonan,
cuentan cuentos,
sonríen a las olas
y a los vuelos.
La tarde se hace noche
las nubes se amontonan
en laxitud de encuentros.
Los pájaros, oyendo
su canto entre los ecos,
se marchan a los nidos
con los últimos rayos
del sol sobre los cerros.
En los barcos,
campean la soledad
y los diarios recuerdos.
Las olas hace gala
de sus juegos constantes
bailoteando tranquilas
mientras la brisa hace
su recuento de cuentos
a las crestas que nacen…
Y allá se van las olas
cuando se va la tarde…
regalando a la arena
pompas que se deshacen
como pequeños sueños
con historias fugaces.