Quizás, de mis muchos abismos
surgirá un sol radiante.
De mis muchas pesares,
quizá alguna bandera
marchará en pos del viento,
riéndose del mundo y de mi misma,
para mi propia suerte.
De mis muchos paradigmas,
quizá el menor
sea mi propio miedo a la verdad
ordenada en conjunto de causas
que la causan.
De mis muchos miedos,
quizá el mayor sea mi propia fe
deshilachada y muda.
Pero siempre he vivido
con mis muchos abismos,
mis muchos paradigmas
y mi caudal de miedos.
Es así como escribo
mi irreversible canto
sin retornos.