Y Sin Saber Por Qué
Y Sin Saber Por Qué

Y Sin Saber Por Qué

Y sin saber por qué

de esta manera

resucité mis muertos

con mi canto.

En mi mente

corrieron a expandirse

los rostros y recuerdos

de aquellos que quisimos

y seguimos guardando,

mezcla de remembranza

y regocijo.

 

Y se nos fue la piel

estremeciendo

con cada muerto amigo que llegaba

y cada muerto amigo que se iba.

En un momento,

todos al lado mío

haciendo filas

como para mi propia comunión

en día de santos.

 

El día de muertos

caminé hasta la misa

como considerando

genuinamente,

la premisa

de morir anteayer

y hacer alarde

de que alguien me esperaba

en la otra vida

risueño, complaciente,

sabio, mudo,

sin decirme secretos

que se guarden

en la sola quietud

de los sepulcros.

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