Mar Y Mar
Mar Y Mar

Mar Y Mar

La mar es una enamorada Diana

tendida en el susurro de la tierra,

tomando de los rayos que la plenan

y el dulzor de los cantos marineros

todo el ardor para decir: te quiero,

a todos los poetas que la nombran.

Y bailoteando va cual danzarina

recostandose en playas, que sumisas,

reciben las vendimia de las olas

en el eterno vuelo de la brisa.

 

El mar, en cambio, es un corcel brioso,

imponente, impetuoso, enamorado,

desechando los versos, que a su lado,

van las manos briosas entregando,

mientras golpea las rocas murmurando

ese viejo clamor, desde hace siglos,

que habla de libertades subrayando

lo bueno de bramar para uno mismo.

 

La mar es madre, amiga, confidente,

cálido balandrin en que se mecen

nadando con airosos colorines

las brillantes figuras de los peces.

Es canto suave, vastedad, alfombra,

nado feliz y vuelos de gaviotas

mirándose en las olas que se entregan.

 

El mar son los mil potros turbulentos

en el huracanado pleitesismo

de atropellar las costas para besar la playa

sembrando de acechanzas su destino.

Es el altivo canto de las huestes

que llegaron ayer, tras los bramidos

del coloso titan, sembrando muertes,

inflamando las brechas de un olvido

que caerá rendido ante su suerte.

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