A veces te me escapas
sin pretender hacerlo
te subes a los muros
con tus celos y miedos,
te marchas sin hablarme,
después de los encuentros.
Sin mirarme a los ojos,
o disipar mi tedio.
Tu juegas a vencerme
escondido en la sombra
y jugando, al hacerlo,
con el dolor que sabes
traducir, sin remedios.
Y a pesar de las horas
repetidas mintiendo,
desapareces solo,
después de los encuentros
cuando todo parece
producto de los sueños.
Es por eso que siento
tu pulso siempre alerta
en la mano que apreso,
y llena de preguntas
te miro, en el intento
de escuchar las palabras
… y ¡las palabras vuelan
vestidas de silencios!
A veces, sólo a veces
¡te encuentro en el encuentro!
Maravilloso ese «encuentro en el encuentro.» Solo ese amor te ha sacado lo mejor de tu genio de poetisa. Bendito amor. Creador de belleza escrita y visual.