Saber que estás allá,
en muy lejanas tierras
donde tus pasos curiosos
te llevaron,
estando aquí conmigo
a través del teléfono
sintiéndote crecido y solitario
otras veces contento,
algunas orgulloso
por lo que vas logrando,
otras insatisfecho
es saber.
Que el amor
tiene mil brazos
no sabe de fronteras
ni de horarios
tu padre y yo
aquí en la casa
casi que ya vivimos
con tu horario
y por saber de ti,
cada tres días
nos cuesta muy poquito
levantarnos.