Tierra Mía
Tierra Mía

Tierra Mía

Salvaje y mítica extensión,

verdes lustrosos,

ocres y azules

coloreando cerros.

Claroscuros paisajes

donde la vista vaga

entre el dulce café,

la dulce caña,

el dulce canto negro,

la fuerte voltereta de la danza,

el dulce son,

cuando se oculta el día

y hay un sabor dulzón

en las sonrisas

de los negros y negras

que se hablan

con el mismo sabor,

antes del alba.

 

Azules cálidos, pálidos azules,

ultramarina angustia

de las aguas,

sobre un cruce de nubes

que murmuran

la pleamar indecisa

de la espuma

sobre el brillante piso

donde la arena vaga.

 

Convocatoria unida de las alas

que se dejan llevar

por la brisa que llega

mientras con su donaire,

las delgadas palmeras,

parecen suspirar

al adiós de las aves

que se alejan del mar

cuando la tarde pasa,

y hay un canto de pesca

en las riberas.

 

Tierra profunda y antigua,

tierra mía,

a los pies de los cerros

que te guardan,

tienes un sueño antiguo,

aprisionado,

en el lecho virtuoso

de preciosos metales

donde se van los cursos caudalosos

de caudalosos ríos ancestrales.

 

Tierra seca y sedienta

tierra árida mía,

calentando de sol

la fina arena

de copiosos desiertos

de cardones y tunas,

con cielos encendidos

de promesas

en la sonrisa india que te lega

la oración antiquísima

en sus danzas.

 

Tierra llana,

virtuosa de pastos y senderos

donde ve amanecer el buen coplero

cuando va al menester

o a la querencia

a lomo de la bestia,

que consigue.

Una copla en el dorso

de la grupa,

mientras pasa el calor

de los esteros.

 

Tierra alta, altiva,

la tierra de mi Patria

en blanquecinas nubes

que se abrazan

a la blanca frialdad

 de las nieves perpetuas,

alzándose en el viento,

más allá de las cimas,

sobre fértiles tierras

apoyadas.

 

Tierra mía,

de siempre,

tierra que huele a hombres

y mujeres que aman.

Tierra que suena a gritos

valientes y a batallas.

tierra que sabe a sangre

orgullosa de mártires

que inmolaron su vida

por todos los caminos

de tu cauce.

 

Tierra  mía,

ornada de desiertos

y de llanos,

de altas cumbres

Y lagos y mesetas,

de oscuras selvas

y playas jubilosas,

hueles a madre siempre,

siempre a Patria.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

RSS
Follow by Email
WhatsApp