El Cují De Planalto
El Cují De Planalto

El Cují De Planalto

Allá, al final del patio,

cerquita de la cerca,

hay un cují muy dócil

recibiendo con gracia

a pájaros y a niños.

 

Cuando la lluvia cae,

va haciendo sus caminos

en el parque,

y todos los caminos

van a dar al cují,

formando un lago pequeño.

 

Cuando la luna sale,

el cují puede verla

asomada en sus ramas

y casi se estremece

mirando como danza.

 

Cuando la brisa llega,

le besa cada hoja, cada espina,

y el cují se estremece

suspirando nostalgias.

 

Cuando los niños vienen

se abrazan a su tronco,

reclamando victorias

y sonrisas.

 

Cuando Mayo aparece

lo corona

de las flores rosadas

que lo miman.

 

Si hubiera un cumpleaños

compartimos la torta

debajo de su sombra,

contándolo como uno

de los viejos amigos.

 

Hoy, solo están las raíces

del querido cují,

su tallo nos saluda

esparcido en el sitio

donde antes se alzaba,

a manera de bancos

donde sentar la charla.

 

La risa de los niños

siguen de compañeras

y, abajo, sus raíces

desprendidas del tronco

juegan a ser eternas.

 

Para mi:

sigue allí,

con su misma belleza

y mi melancolía.

La misma que en sus ramas

anido la tristeza.

La misma que se niega

a morir todavía …

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