Coloridos colores
que en el aire reposa,
mientras pasa la fiesta
y se haga un alto
en la repartición
de la merienda.
Después de soportar;
palos, peleas, gritos,
revuelos de chiquillos
en el suelo,
dividiendo el botín
del que has estado llena:
juguetes, bombones,
caramelos, chupetas,
vas quedando colgada
de cualquier parte,
con toda tu dignidad herida,
¡pero contenta!
Después de todo tú,
¡eres el alma de la fiesta!