Va La Madre
Va La Madre

Va La Madre

Caminando su senda

a toda hora,

va la madre en su marcha

conversando.

 

¡Ah potestad bendita

la que añoran

los pasos que se van

resquebrajando!

 

Va hilando los detalles

de la vispera.

De tanto caminar

sus pies descalzos,

calzan las amarguras

de la acera.

 

Su niña va con ella

en los traspasos,

respirando miserias

que le llegan.

 

Hay una luna triste

que las sigue,

desde una noche triste

que se entrega.

 

Madre e hija se van,

pidiendo solo,

la ultima limosna

que les brinde

un poco de comer

o de soñar

para el descanso.

 

Van juntas la amargura

y la tristeza,

y la calle también

luce tristísima.

 

Ensalmados los ecos

de sus vientres,

por el misero pan

que ya mastican,

van las lágrimas juntas,

repitiendo ese

¡gracias a Dios!

que no declina.

 

En un lugar,

acaso presumiendo:

propio, seguro, limpio,

se acuestan dos miserias

aguardando

al nuevo sol

que a todos resucita.

 

¡Tanto clamor

andando taciturno,

sin maldecir vejámenes,

tristísimo!

 

¡Caminan dos deidades

nuestras vidas

y no queremos ver

que ellas existen!

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