No importa donde clamen
las voces agoreras
sus sentencias de siempre,
reviviendo las viejas letanías
de sumisión y oprobio.
No importa ya que tanto
repitan en cadenas
de entuertos o de infundios.
No importa ya lo mucho
que invirtieron
entre viles calumnias
o entredichos,
y no importan las voces
que se unieron a ellas.
No importa los caminos
que cruzaron tratando
de imponer la ignominia,
la mentira y el fardo
que van cargando a cuestas
las invenciones nuevas.
No importa a quien o a quienes
les quebraron las ganas,
comprándole el honor
con las ganancias nuevas.
No importa ya que grupo,
organismo o conseja
declinara el camino
para la Patria buena.
No importa, en fin,
que cuanto,
perdieron al intento
de trastocarlo todo.
Es el pueblo el que avanza
con una Historia nueva,
que se rie de las viejas historias
y acechanzas.
No importa ya el tamaño
del contrincante en sombras
solo importa el orgullo
de un pueblo soberano.
Y no importa, no importa
el pasado que al fin
todos sobrevivimos
y renacer es todo
lo que importa ahora mismo.
Acumulando enseñanzas venceremos,
la experiencia vivida enseñara los modos
de vencer en combate
y encontrar los caminos.