En mi rio,
las olas se desplazan
aún a pesar mío.
Quiere hurgar las auroras
que nunca ha conocido,
horizontes ilusos
abiertos a caminos
que no le pertenecen
a mi libre albedrio;
pero mi río fluye
hacia lejanos mares
en franco desafío.
Y es que mi río tiene,
a pesar de ser mío,
la libertad segura
de los que levan anclas
más allá de sus nidos
y más allá del modo
de allanar los caminos
cuando el alma vislumbra
libertades y trinos
en el mundo consciente
de virtudes aunadas
a lucha y desafíos.
¡Mi río es libertario,
a pesar de ser mío!