La Luna tiene un letargo
en su noche sin guirnaldas,
lleva la cara sombreada
y es una nube, bufanda.
Bufanda de aguas tranquilas,
el río viene a mirarla,
y le cuenta las penurias
del sauce que siempre canta.
Cantando un himno a la vida
tan largo como su danza,
mientras el viento lo besa,
mete sus dedos al agua.
Agua clarita que pasa
y encontrando piedras, salta
sonriendole a la Luna
escondida en su bufanda.