Hogar,
templo y escudo,
donde formamos
lazos tan seguros
para seres capaces
que, ante el mundo,
no dejen de luchar
por sus ideas,
ni por sus ideales.
Hogar – altar,
donde siempre se reza
la manera de actuar
con el hermano,
que queriéndole a él,
también nos duela
lo que pasa en el hogar
del otro hermano
que vive más allá
de las fronteras
de mi hogar
o de mi Patria;
que es justicia,
si llega hasta su mano,
mi mano solidaria.
Hogar, hogar;
donde la palabra «entrega»,
tiene el dulce del amor
con que se riega.