Parece
que para escribir,
debes saberlo todo
o casi todo
y yo, siendo ignorante
no podría
escribir algún verso
con sentido,
o sintiendo que siento,
que es lo mismo.
Parece
que el ilustre magistrado
que rige los destinos
de las letras,
por eso es el letrado,
entra en el desatino
inusitado
de regular el quehacer
de hacer las letras.
Así midió
palabras y sentimientos
según la cuadratura
de los versos.
Parece
que no puedo emanciparme
de tanta medidera
que me ensalme,
pero si viva estoy
para escribir mis versos,
muerta
no puedo estar
para callarme.