En el desiderátum de los dias
plácidos en el dar y en la contienda
pongo a vibrar mis cálidas vivencias
ante el deslinde virtual de lo que vivo.
No sintiendo el poder de lo que digo
ni siquiera en los versos, noche a noche,
no se porque mis quejas y reproches
sugieren más pedir, si estoy contigo.
No me espera la calma en el camino
se que en la lucha vana, tan constante,
mis recuerdos serán claros avisos
de lo mucho que cuestan mis debates.
Porque es que para mi, todos los ayes
se cubren de victorias atrasadas
por un siempre sufrir sin abonarme nada,
más que sufrir, sufrir por cada cosa
que quiero construir y que me acosa,
cada vez más, con esperanzas vanas.