Muerte
Muerte

Muerte

Solto la luna

sus pálidos anillos

en la artera estocada

de la noche.

Cayo tu pecho

como en emboscada,

dando rienda a la muerte.

Lloró la madre

lágrimas sagradas,

tembló la tierra,

su temblor de arenas.

Fue la furia fatal

que, ya enclaustrada

cego las esperanzas

y las dádivas.

Planir, planir,

de escuálidas palmeras

diciéndote un adiós

desenfrenado,

y las aguas tranquilas

se tornaron

en un adios, adios

desde la espera

en la simple torpeza

del ahora.

 

Te aguardaba la tierra

pidiendo tus cenizas,

prometidas ha tiempo

y aguardadas,

negándote un vivir

de engendrar vida

con tu vitalidad

desarraigada.

Los hermanos gimieron

llantos tristes.

Los amigos sorbieron

los amigos sollozos

y el elixir sagrado

del sentimiento mutuo

trastoco tu mutismo

en añoranza.

 

Llanto en los hijos

llanto en la amante esposa.

Que a tu rígido abrazo

se abrazara.

Llanto en la brisa

con un suspiro triste

entre las lágrimas

cayendo lentamente

a nuestra espalda.

 

Llanto perenne

en el amor que cruza,

cuando llega el recuerdo

y lo estremece,

alimentando anhelos

de recordarte siempre.

 

Llanto entre las sonrisas

de amigos de sancochos

cuando al recuerdo

de la embriaguez amiga,

se escuchaban tu canto,

tu risa y tus palabras.

 

Llanto en todos nosotros

para siempre

tras el cruel estallido

de la muerte.

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