Muerto por los injustos,
muerto por los castigos,
muerto por sus angustias,
muerto por su gran libertad miserable
de morir,
y muerto por el hambre
¡he aquí un pueblo digno
de estrecharle la mano!,
sufre,
le hacen sufrir
y aun perdona.
¡Ese gran corazón
es supra humano!
De otro modo:
¿cómo decir que es cierto lo que vemos?
Puede sentir dolor,
pero se calla,
quiere comer,
gritar,
saciar su sequedad
y yace hambriento.
El sufre
mas no llora
es un rey harapiento
¡juguete de sus amos,
un juguete muy dócil
en manos de un gran puerco!