¿Recuerdas madrina:
la casa de entonces,
sus grandes ventanas,
y el radio
y el paño tejido
que lo disfrazaba?
¿Recuerdas:
el patio con sus margaritas,
sus guayabos altos,
aquellos caminos de pueblo
pulsados de mangos
y cotoperies,
y la plaza vieja
con su iglesia vieja
y el tren que no existe?
¿Recuerdas madrina:
el dibujo hermoso,
que encontraste hermoso
pero fue calcado?
Con que afán mostraste
mi brioso caballo,
y te entusiasmaste
viéndome pintora
de elegantes cuadros.
Ante tu alegría,
preferí callar
mi pueril engaño.
¿Recuerdas madrina?
¡Yo no lo he olvidado!
A Elvira de Franco