Yo camino en tu busca
diluyendo las sombras
que esos recuerdos idos
pudieran aportar.
Yo te busco esperando
que tu lucha de siempre
humanice la lucha
que quisiera gestar.
Yo me pierdo pensando
en los mil desesperos
de tu sentir patriota,
sin poderle brindar
al pobre sin trabajo,
a la mujer enferma,
al niño abandonado,
a la niña sin pan:
una mano benigna,
quizás algún remedio,
una escuela más justa
o un amor más capaz.
Yo que quisiera darte,
como todos los días,
el rezo cotidiano
que deseo brindar,
me muevo persiguiendo
tus sueños y sentires,
ciñéndome a la lucha
que te podría brindar,
tan solo si consigo
unirme a los intentos
de dejar de escribirte
y comenzar a andar.