La Opereta

Magistralmente interpretada,

la opereta,

descendieron,

soberbios

los actores.

En la plan mayor

de la evidencia,

se quedo mi pregunta

entre telones.

 

No quise preguntar

cual fue la fuerza,

el ardid,

la artimaña,

del mediocre

que hizo creer

promesas y jurándos,

y dejo a Juan

con sus dos pies

descalzos.

 

Esa intrigante política de siempre

con su voz

de barítono potente,

alzo la desnudez

de Juan,

como protesta,

y lo dejos desnudo

y sin palabras…

 

Y creyó Juan entonces

sigue creyendo ahora,

porque sus venerables canas

se tiñeron:

de verde,

de amarillo,

de blanco,

de matices de rojos,

de esperanzas…

 

Y caerá el telón

a tiempo,

nuevamente

subirán al estrado

los actores

y con su maña vieja,

nuevamente,

revestirán

a Juan

de su injusticia

¡conocida hace siglos

e ignorada!

 

Se cubrirán

las manos de promesas

y besaran

otra vez,

sus seculares canas.

 

Y te pregunto,

entre acto y acto,

o entre tanto,

o mientras pasa un acto y otro acto,

¿si ya conoces

la opereta

Juan,

por qué

no cambias

la trama

y los actores?

2 comentarios

  1. Lidice Rodriguez

    Pareciera que aquí, justo aquí con estas letras haces el retrato de nuestro presente en esta tierra de Gracia… pero no hablemos de política, sino de «cambiar la trama y los actores…» Qué bueno sería, verdad?

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