En tu suelo,
tan rico como fértil,
el arado se junta,
templanza
del río que amenaza
la cosecha,
y el pobre que duplica
su labranza.
Hombre y caballo
un todo,
cuando al alba
las tonadas
se encienden
y en la brega:
sale la leche a gritos
de las ubres,
y el campesino
su pesar alegra,
oliendo el cafecito
que se cuela
entre copla y fogón,
queso y arepas.
Llanos amanecidos
en manos que trabajan.
Llanos atardeciendo
en clamor de colores
y de alas.
Llanos virtuosos, cantos
con las voces del arpa.
Llanos, guerreros llanos
de las guerreras lanzas.