Dime Sinceramente
Dime Sinceramente

Dime Sinceramente

Hablando a solas,

contigo,

tengo el gusto de avisarte,

que por más que quiera darte

mucho amor,

no lo consigo.

Tu desvarío y el mío

se encontraron en la ruta,

que ya estaba clausurada

por quien abrió los caminos.

Tu, dime

sinceramente.

Sin que te quede ya nada

por maldecir

bien adentro.

Si tu sabes que mi pena

tiene la misma medida

de la pena que acompaña

el compás de tu sonrisa.

Si tu sabes que yo espero,

lo que darme deberías;

antes que nada la paz

que ya creo merecida.

Si tu sabes que,

en tu ausencia,

no quedaré muda,

en la esquina

de mis males y los tuyos.

¿por qué con el pensamiento

de tus amargos antojos

me están mirando tus ojos

pidiendo un eco en los míos?

¿por qué este día a día

no se convierte en momento

para darle al desencuentro

la línea final que aspira?

¿por qué continuar con esto

que ya no tiene cabida?

Ya lo tuyo, no es lo nuestro,

ya lo mío es solo mío.

 

Aunque…

pensándolo bien,

sigamos el desafío

del encuentro en desencuentro.

Decide,

sinceramente…

o vienes a mi ribera

a sosegar tus enojos

o yo me voy a la tuya

aunque trabajo me cueste,

redimirte y redimirme

con lo poco que nos queda.

Ya blanquearon nuestras sienes

y, ¡qué más da!

si nos llega

enderezando este entuerto,

la muerte,

que ya nos tiene

entre su lista de espera.

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