En La Naciente Vía
En La Naciente Vía

En La Naciente Vía

En la naciente vía

en que movemos

las manos laceradas,

agrietadas, nos convida el amor

a unir pasiones

dentro de otras pasiones

conquistadas.

Acompañarnos,

moldearnos,

enterarnos de lo que ahora somos,

movernos al unísono,

absorbernos para poder

entender y entendernos.

Limarnos de asperezas aprendidas,

amalgamarnos,

descomponernos de nosotros mismos,

para resucitarnos

renaciendo en un todo,

simple unidad del todo.

Humedecernos de sudores y lágrimas,

juntarnos en la estrechez

de hacer abrazos.

Socavarnos por dentro

y de raíces

para plantarnos firmes,

sin esa falsa predilección

del horizonte ido.

Quemándonos por dentro,

y de esa llama,

hacer brotar un himno igualitario.

Reconvertirnos, rediseñarnos,

abastecernos de sol

y contemplarnos,

convertirnos en tejas

de hacer techos,

para todos los techos necesarios.

 

Nos toca ser la mezcla

del maíz cotidiano

que aplaque el hambre

de todos los hermanos.

 

Nos toca ser lealtad,

amor, justicia,

y para no cambiar,

eludiendo al cansancio,

nos tocará editarnos

en profusión de ideas

y de libros,

que den luz a las mentes

y a las manos.

 

Nos toca alabar a nuestro Dios

y en la plegaria,

darle muestras del barro

con que fuimos creados.

 

En la naciente vía

donde andamos

nos toca la magia de volar,

simbolizándonos.

La magia de no ser

diafragma oculto

que pare ocultos males necesarios,

en los ocultos nidos de la tierra,

donde antaño viajamos.

Magia sin atadura y sin reservas,

magia sin ligamentos, atajándonos.

 

En la naciente vía del ahora,

toda la hora es buena para alzarnos,

con la bandera insignia de las luchas

y el deseo febril de conquistarnos

para nosotros mismos,

sin murallas,

sin mezquindad,

sin egoísmos

que puedan separarnos

del soberano poder

que temple al hombre nuevo,

poderoso perfil del hombre americano.

 

En la naciente vía

ya resuenan

los millones de pasos

que avanzan y hacen huellas,

en las huellas despiertas de la tierra,

con la lucha que habrá de transformarnos.

 

En la naciente vía

en que tejimos

sangre, sudor y gritos legendarios,

resucitará el canto del poeta

y habrá un clamor feliz,

acompañándolo.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

RSS
Follow by Email
WhatsApp