Mi América mestiza,
nuestra América.
América morena
nacida de conquistas
y de guerras.
Ojos pardos
sumidos
en mitos y leyendas,
de desiertos y selvas
renacidos.
Ojos claros
de eternos navegantes
que dejaron sus genes
en tus tierras,
colmados por la fuerza
de su talle.
Ojos frescos y oscuros,
pieles recias, brillantes,
dando color y fuerza
en el coraje.
Amo en ti el talante
centenario y tenaz
de los guerreros.
El mítico y veraz
poder de eternos dioses
que curan los desvelos,
la nostalgia.
La presuntuosa gracia
del andar primigenio
entre tus ancas
y el prodigioso anhelo
de conquistar lo grande
a son de quitiplás
y de añoranzas.
América morena,
rito indígena
respetando
los dones de la tierra
en gratitud y honor
por las cosechas.
Pelo crespo
cimbrado por el sol
que se cuela en los surcos
dando fruto al calor
de tus cuidados.
Manos labriegas,
ávidas
que avanzan
hacia colinas dóciles
que rinden
a tu blanca bondad
sus esperanzas.
América la india,
América la blanca,
América la negra,
América morena.
Tres poderes unidos
a una raza
vertical, resoluta
de su herencia.
Amo en ti la esperanza
que brilla
en tus emblemas.