¡fíjate bien!
no empieces con ideas
que puedan acarrear
mi antagonismo.
Tu blanca raza pura
no es tan pura.
En la multiplicidad del UNIVERSO,
algún minúsculo espécimen
ha debido romper
su núcleo,
tan débilmente perfecto.
Esta raza,
mi raza,
ésta que supo dibujarse
entrelazándose,
amándose,
esculpiéndose,
es infinitamente universal
fuerte, perfecta, exacta,
en toda su grandiosa imperfección,
con sus caras y aristas diferentes.
Tres continentes,
desigual maniobra,
juntaronsé en el cáliz
de su sombra,
para sorber la luz
del firmamento.
Esta raza,
mi raza,
tiene caminos abiertos como ríos
y suelos tan extensos
la cobijan
que puede ver el Sol,
sin inmutarse
y sin sentir calor
en la porfía.
Es que al unirse en mí
tres grandes razas,
cada cual se hace estrella
para opacar las otras,
mientras todas se enlazan
en querellas,
mirando a tus océanos
fundirse
en la cálida faz
de mis arenas.