Un cuento,
siempre quieres un cuento,
estoy segura
de que nadie
ha oído tantos cuentos
como tú;
¡Y eres tan chico todavía!
¡Cuánta madeja aún
por desenredar…
Eres tan insaciable
que deseas uno tras otro…
El del lobo, mamá…
el del tigre, mamá,
el del conejito alegre,
Cuéntame otro, anda…
¡Otro solito nada más!
Y callas…
Tus ojos,
antes suplicantes,
se vuelven hacia mí
inteligentes, sujetos
por la mágica proyección
de la historia empezada.
Es como si quisieras.
¡Y lograras!
Ver, cada una de las cosas
que te digo con palabras.