Te conozco,
te siento
en el hablar mezquino
prototipo de amo
y carcelero
porque
cuando el amor
tiene altos vuelos
habla por el
la boca.
No habla el sentimiento.
Te conozco,
te siento,
aunque en mi amor por ti
ya sea esclava
no eres ni mi consuelo
ni mi dueño
es mi espíritu libre
que se lanza
y más allá de ti
cruza senderos.
Te miro sin hablar
y sin mirarme
irracional escudero
prefieres el combate
al ligero
lisonjeo de amor
del que hago alarde.
Háblame sin hablarme,
con tus ojos.
Que en lugar de la ira
sea dulzura
lo que a mi alma alcance.
Mírame sin hablar
hazme tu esclava
como sólo tu abrazo
sabe hacerlo
pero no me hables,
no,
que ya me hiere
el rictus de tu boca
sobre mi cantoscuro
de abandono
sólo estás para mí,
apasionado
sólo tú,
sin palabras
sólo yo
entre tus brazos.
Háblame sin hablarme
¡te conozco!