Versos Para Mis Niños

Viéndote así, tan ávido, tan lleno de preguntas, tan sonriente, agitas, dentro mío, el placer de enseñarte. Forjándome de ti, asombro y optimismo, curiosidad y empeño. Porque no tiene el tiempo más medida Que aquella

Una vez una princesa, bella como la mañana, quiso comparar su canto con el canto tempranero de un ruiseñor que cantaba a las flores del jardín que la bella cultivaba. Enjauló al ruiseñor, tapó, con

Mariposa tricolor abanicándose en la brisa: amarillo de riquezas, azul de infinitos cielos y rojo puro y bravío de esa sangre tan patriota que dio al horizonte mío la libertad de la patria y la

Carita redonda, sonrisa traviesa, ¿Porqué no levantas? ¿No vas a la escuela? La escuela te llama te espera tu aula.

Ese Bolívar que te mira airoso, a veces triste a veces pensativo quiere saber que has hecho con todas sus batallas, con todas sus victorias, con todos sus escritos.   Ese Bolívar que tienes en

Tin… tan… tin… ton… Suena la mañana en las mil campanas que se abren en flor. Tin… tan… tin… ton… Un arrullo niño sintió un pajarillo en la espesa rama del árbol mayor. Tin… ton…

Canoita que cruzas el río manso, ¿Quieres traerme toda la suavidad de un verso escondido en tus remos?   Quiero un verso que tenga la claridad del agua que amansas como juego, como caricias, como

Mi arrullito de Luna ricitos de oro no te pongas lloroso porque te adoro.   ¿Qué dirán las estrellas si así te miran?   ¿No dirán que mamita mucho te mima?   Pedacito de luna,

Caballo claro, caballo mío. Crines que corren con dulce brío.   Dime caballo de sol y lunas. Dime si llevas noticia alguna.   Dime si el sauce que estaba triste ha desplegado su crin al

Un cuento, siempre quieres un cuento, estoy segura de que nadie ha oído tantos cuentos como tú; ¡Y eres tan chico todavía!   ¡Cuánta madeja aún por desenredar… Eres tan insaciable que deseas uno tras

Pequeño y travieso como una campana tu risa tan niña y tan tempranera le puso un tilín de canto y fresa a los cuatro puntos de la casa entera.   Pequeño y travieso levanta la

Compañero de todos los días, de todas las cosas pequeñas o graves que a diario me ocurren todas las tristezas y las alegrías, y la ilusiones se quedan fijadas a tu mano amiga.   Yo

Aurora se llama tu primer libro y en sus páginas mil auroras encenderá el rocío de tus ojos curiosos releyendo capítulos.   Aurora se llama tu primer libro ¡Cada aurora que leas será un camino

Siete leguas te dicen por el camino siete leguas que corren a ras del rio. Conejito, tu prisa me descompone.   ¿Es que acaso el lobo feroz te come si aquí, entre mis manos, saboreas

Una estrella pequeñita cayó, desde muy alto y comenzó a silbar entre los árboles.   ¡Ya no podrá salvar grandes alturas buscando, cada noche, un caminito nuevo!