Hoy la mañana es blanca,
blanca, blanca.
Miles de motas blancas
danzan, danzan.
Muchas huellas perdidas
repintadas de blanco
lánguidecen y fallan.
Hay un viento benigno
que, amable, va y abraza
a los pocos paseantes
en la ribera larga.
Y, sobre el río,
los blancos cisnes
pasan, danzan
sobre las ondas suaves
que reflejan la blanca
construcción de más nubes
alargándose al alba.
Imposible igualar
la nieve blanca, blanca…
Imposible no ver
las plumas blancas, blancas…
Imposible no sentir
el frío que se cuela
mientras pasas…