Llegó La Libertad
Llegó La Libertad

Llegó La Libertad

Llegó la libertad

borrando en vilo

todas las cicatrices de la Tierra

y toda la crueldad de los caminos,

en una componenda de justicia

que llegó a los más pobres y oprimidos,

a los más olvidados del Planeta.

 

Se hizo un canto amable

entre las bocas

que gritaban sus nombres:

firmeza y desafío,

y la esperanza vino

a la ayuda de todos.

Se engalanaron todos los principios

con la terca alegría de los hombres,

luchando todos por hacerse libres.

 

Las mujeres cantaban a sus vientres

canciones libertarias acalladas

que rompieron el dique del pasado,

para sonar, al fin, claras y fuertes.

 

Se alzó una juventud con ideales

que hacían retomar viejas porfías.

Se abrió una pleamar

de mentes ágiles

concibiendo tratados, colocando principios

en la justa medida de su alcance.

Ideas libertarias que surgieron

de la Patria de antes

con sus líderes bravos a caballo

blandiendo al aire giros,

de espadas y de lanzas

con el mismo donaire,

haciendo florecer en cada pliegue

de cada mano de hombre,

de mujer o de niño

una jornada justa para hacernos más dignos

de esta Tierra y más libres.

 

Se encontró la ocasión

 de recrearnos

en la invención del nuevo ciudadano.

Se cantaron los cantos milicianos

con el fusil al hombro y la sonrisa,

hermana de mi pueblo en la labranza

y cúmulo de amor que nos caracteriza.

 

Se diseñó el museo

para las cosas viejas de las viejas políticas,

para que nunca más se practicaran

en esta tierra buena que cobija

a toda voluntad que la bendiga

y a cada mano justa que la labra.

Se abrió los ojos al futuro entonces

y clamaron las voces más calladas.

Se puso en la mano pobre

un corazón que alimenta,

una mente que ya escribe

su propia historia en la agenda.

Cuerpo y espíritu en lucha.

Amor y orgullo en la prueba.

 

Se escribió una versión nueva

para caminar la senda

y fue el pueblo tras la huella

de un soñador que centrara

todas sus fuerzas, sabiendo

qué nos aguarda el mañana

 

Llegó la libertad

y nos unimos

en la sola oración

que nos brindara.

 

¡Llegó la libertad!

y nos apresuramos

a abrir de par en par

las puertas y ventanas

de nuestra propia alma.

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