Tu angustis breva
de mi angustia
en este diario dédalo
que esculpo.
Pareciera que mueren,
sin saberlo,
las horas más tranquilas
que tenías.
Y todo es un revuelo
de inquietudes
en la angustiada
angustia que vives.
Mis manos hacen brechas,
te cobijo,
tu angustia vuelve
conmigo de regreso
y me angustia,
se larga,
sin pensar
y sin ecos.
Son dos angustias juntas,
van y vienen,
sintiendo
paridad de remedios…
en los días
que mezclan dos angustias,
para hacer de una angustia
el día entero.