Andariega
Andariega

Andariega

Andariega como nunca, 

se puso la brisa 

hoy día. 

Lanzó sus trenzas, 

tan largas, 

tan larcas, como podía. 

Sus dedos largos, 

tan largos, 

peinaba sauces 

y hacía 

correr las ondas del río 

tan veloz como podían. 

 

Las hojas, en raudo vuelo 

preguntaban lo que hacían, 

cuando deseaban estar 

tranquilas como podían, 

resguardándole las alas 

a los pájaros y al día. 

Pero la brisa, andariega, 

volaba más que corría 

encontrándose en la noche 

cansadita en su porfía. 

 

Y aún no sé porque la brisa 

toda esa prisa tenía, 

llevando hojas y hojas 

a través de cada vía…

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