Tu eres mi mar,
mi indispensable aurora,
la alegría que siento
cuando pasan las horas.
La música a mi oído,
el color a mi aurora,
la palabra dormida,
cuando estamos a solas.
La común militancia
en los sueños vividos,
el clamor de agua clara
plenando nuestro río.
La alegría inconclusa
cada vez que te miro
y tu sonrisa plena
la historia que vivimos.
La ráfaga que pasa
diciendo a nuestro oído
que sellamos por siempre
un noble compromiso.