El sol hizo esta tarde
de prestidigitador.
Donde sólo había sombras,
se abrió paso:
puso colores en el cielo,
puso colores en la alfombra verde,
redimió los colores de las flores,
abrió un compás de luz
sobre las aguas,
cantaron aún más fuerte
los pájaros del río.
Aquellos cuyas casas
guindan sobre las ramas
para mirar sus alas,
en el inmenso espejo de las aguas.
Los cisnes y los patos
chapotearon alegres
sobre múltiples ondas
que dejaban las barcas.
Y todo sólo y gracias
al mago de colores
que hoy expresó
sus ganas,
con la misma simpleza
de un mago haciendo magia.