Ya no sé si me queda
la fuerza de otras eras,
la sonrisa que pronto
iluminaba todo
lo que pide la escena.
Ya ni sé si mi risa
oculta o lisonjera,
animara palabras
escondidas, sin pena,
en un deseo que busca
las lejanas fronteras.
Ya ni sé si escribirte
como antes lo hiciera,
serviría para algo
que aumentará la pena
de llenarte de tristes
palabras que me quedan.
Ya ni sé porque siempre
se une a la tarea
de seguir repitiendo,
con el candor de siempre,
las sonrisas que dejan,
las verdades certeras.
Y así sigue la duda
que entre nosotros queda,
hilvanando caminos
que antes no existieran
en ese toma y dame
que ya frustra a cualquiera.