Es aquí donde duermen
las pasadas quimeras,
los sueños que soñamos,
las ansias que sentimos,
el valor de los hechos,
que aún yacen sin treguas.
Es aquí y es ahora
cuando nada se marcha
de tu antiguo recodo
y sigue silabeando
lo que nació contigo
sin perder su retorno.
Es aquí y es por siempre,
deambulando en las ruinas
del río y de sus fuentes,
sin encontrar visiones
que siempre fueron tuyas
y hoy yacen ausentes.
Es aquí sin que sepas,
que hacen para salvarlas,
si a nadie le interesa
rellenar tus memorias
curtidas por el tiempo,
perdidas, entre brechas.
Es aquí, es de siempre
que admites la rutina
de tus días sin pausa,
de tus pausas sin rima,
de los destellos tristes
que nunca se marginan.
Y, ya no hay hasta cuándos,
ni retornos, ni giros
que alegren el entorno,
si aún yacen tranquilas,
aguardando permisos,
a su nueva rutina.