Amaina entre la calma
la furia del deseo,
las canciones alegran
cambiando el tiempo nuevo.
Y no recuerdo nada
que me guíe al anhelo
de estar entre tus brazos
hecha vuelo y versos.
Solo memorias vanas
mirándonos de lejos,
solo tristes sonrisas
que empañan los sosiegos.
Solo mirarte toda
a través del espejo.
Mirar los ojos tristes,
ese rictus en tu rostro
aminorando velos
que transforman la búsqueda,
dejándola tan lejos…
Hoy no tendremos juntos
la gracia de encontrarnos
midiendo los anhelos.
Hoy diremos lo mismo,
cuando nos venga el sueño,
dejando en el mañana
un resumen del tiempo.
Hoy soñaremos juntos,
sin recordar los tiempos
en los que fuimos uno,
tramando en el empeño,
un querer para siempre
unir nuestros deseos…