Hoy he visto en tus ojos
esa llama brillando
dentro de tu claridad,
he contado tus años
tendidos en aureolas
que cantan los senderos
que pudiste pasear.
Hoy te miro sonriendo
de tu hallazgo en la sombra
de la gentil promesa
que no sucumbirá
del deseo ferviente
de seguir caminando
hacia cualquier sendero
que brinde su hermandad.
Hoy te he visto desnuda
desglosando poemas
y pienso tristemente
en quién los leerá,
sin saber lo que fuiste,
sin pensar lo que eras:
sueño y amor dormidos
en algún pedestal.
Hoy te sueño y te miro
como nunca a mis ojos,
haz logrado llegar
y te siento impasible
con el brillo radiante
de una sonrisa eterna
que jamás cambiará.