Por todos los favores
en días de cosecha.
Por todas las angustias
y todos los problemas.
Por querer ir sintiendo
lo que, sintiendo, vives
entre gratas y vastas
ternuras que recibes.
Por ese ser, no siendo,
humillando senderos.
Por lo que fue y no fue
mas que un cariño nuevo.
Por los vastos recursos
y los pocos resuellos.
Por todas las mañanas
sin el sueño primero.
Porque olvidamos toda
la cosecha y el celo.
Por estar donde estamos,
sin explicar lo nuevo.
Por todas las sanciones
en equívocos vuelos.
Por lo que nace y vive,
profundidad del sueño,
en una eterna dádiva
de futuros inciertos.
Es por lo que soñamos
entre sueños y sueños…