Dime que me buscabas
mientras cernías la arena
que en tus dedos jugaba,
mientras oías la alondra
con su canto y su gracia
y aljibe eran tus manos
para mis esperanzas.
Huyendo tras la noche
la luna se burlaba
de mis preguntas tontas
sobre mi sueño de aguas.
Cuando solo mirabas
los lejanos senderos:
dime que me buscabas,
en los cada suspiros
tendidos en la playa…
Y en los juntos requiebros
de amantes que pasean
estrenando palabras,
dime que me buscabas
en amorosos nombres
que sus labios nombraban…