Desde mi otero,
sombras y líneas,
texturas, luces y hojas…
Los sauces,
mirándose en el río
cuando brilla la luna,
van extendiendo brazos,
largos como su magia,
mientras lavan sus greñas
largas, largas…
En el jardín
heliotropos que juegan
con aire de nostalgia
en sus hojas rugosas
escondidas con gracia
de un volar tan ligero,
tras la larga jornada,
sobre los mismos rizos
de las ondas que bailan.
Desde mi otero, grande
un suspiro en mis alas,
mirando el mismo río
que por mi otero pasa…
Yo sólo miro al río,
y el río sólo pasa…