El soñó que era un pájaro
de plumas jubilosas
para el desierto vuelo.
A través de sus sueños
se lanzaban los vientos
liberando las notas
de los cantos eternos.
Y la luna emitía
risitas y susurros
en altares secretos.
Entonces, en sus sueños,
el se volvió titán
y marcó rumbos.
Detrás de las zozobras
se calzaban
las aves agoreras
que perturban
cada feliz partida,
hacia el futuro.
Él lanzó hacia la noche
una mirada larga
que parecía eterna.
Él soñó con volcanes,
y la lava envolvía
premisas y protestas.
Y desde el ojo mismo
de un huracán sorbiendo
construcciones y tierras,
y árboles y nidos,
y sueños y profetas.
Él soñó con la víspera
de una mañana nueva.
Y se alzó con los gritos
de antiguas rebeliones,
jugandose la vida
en cabalgar ligero
para la nueva siembra.
Él logró rescatar
libertades supremas
escritas hace siglos
y olvidadas sin treguas.
Él caminó el camino
derecho a su querencia,
inmolando palabras
sentimientos y vida
para la vida eterna.