Las Antiguas Heridas
Las Antiguas Heridas

Las Antiguas Heridas

Las antiguas heridas, 

las que ya no recuerdo 

siquiera, si son mías 

o parte de mi segmento 

escrito en las orillas 

de ese mar impetuoso 

al que llamamos vida. 

 

Las antiguas heridas: 

equipaje pesado, 

de largas estadías. 

Inexorables nuncas 

que siempre se combinan, 

marginando sucesos, 

detalles y reclamos, 

mentiras y desidias… 

en un lago, que siempre 

sucumbe en su marisma. 

 

Esas viejas heridas, 

aún caben en mi entorno, 

cual si fuera yo misma: 

predestinando siempres 

en el cansino río 

de las ondas que avanzan 

sugiriendo caprichos, 

condenando los nuncas, 

reclamando el olvido. 

 

Las antiguas heridas: 

esas que no recuerdo 

si una vez fueron mías, 

se han layado de golpe, 

indagando en su huida 

algún lazo que fuera 

también, ¡hechura mía!

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