Largas trenzas,
trenzas largas,
camino y polvo
encontrados,
y un llanto
que nunca acaba
su propia zafra
cantando.
Triste el canto,
largo el luto
de quien añora,
soñando,
y al ritmo
le va poniendo
tu sonrisa
y tu legado.
Largo de briznas,
el viento,
al camino
alborotando
con sonidos
de consuelos
mientras la luz
va quedando
dormida allá,
entre los montes,
más allá
del desamparo
de un río
echando sus lágrimas
contra rocas que se crecen
sin recordar que es el agua
quien las orada y las vence.
Y la tarde,
en su delirio
de tristeza
en todos lados,
sigue clamando
la vuelta,
de tu risa
y de tu canto.
Porque te vas
y nos dejas
con el mismo
desamparo
que ta cubrió
el suelo patrio
a través
de tantos años.
Pero seguimos contigo:
Padre, hermano,
canto amigo,
esperanza,
luz y manto,
para cobijarnos
la espera
y recordarte
pensando
que con nosotros pervives
canto y luna,
sol y canto.
Patria grande,
corazones.
Futuro grande
hermanando
el ideal de grandeza
y el sendero conquistado.
No te fuiste,
aquí te quedas
fundido en fuerza de amor,
cada lucha y cada paso.