Todo persiste en el tiempo,
y aún, en la memoria
hace la aparición
más pertinente.
Todo está allí, contando
Las tantas ocasiones
que te inventas
o nombras.
Todo recuerda todo
lo que viviste y sientes,
aunque no sea
a tu modo.
Y, en el hecho,
se avocan,
también las soledades
a regalarte un poco
del recuerdo que nombras;
intermitente y nítida
como la propia norma.
Todo persiste en este
dialogar con sombras
de una imagen que llega
y, sin pensar, te toca…
Todo persiste,
aún en el forjar palabras
sucumbiendo en los sueños
y las memorias viejas…