Y así pasaron
los momentos tristes
robándole a las horas
sus alegres matices.
Olvidando la paz
que de nuevo sentiste
con esa soledad
hilando cicatrices.
Y así pasaron
las horas de desvelo
describiendo senderos
robándole a los pasos
directrices y anhelos
que albergaron las horas
marchando en raudo vuelo.
Y así llegaron
tristes y alegres lazos
a través de los días,
suspirando el afán
de hacer los pasos
más certeros y rápidos
más deseados y cautos.
Y aún, estando así
en la eterna porfía,
marcharon, sin marchar
a un nuevo día
discreto en el sentir
de ansiadas travesías,
sin culpas para nadie,
ni tristes despedidas…