En Ese Deber Ser
En Ese Deber Ser

En Ese Deber Ser

En ese deber ser 

que no te dice nada, 

se quedan las palabras 

oscuras, olvidadas, 

languideciendo a ultranza 

de una norma aplicada, 

que no tiene más peso 

que en tus labios, callada. 

 

Y es siempre hurgando mundos 

cuando no se encuentra nada 

que pueda deslazarte 

de la comedia humana 

y así se queda todo, 

lo que no importa nada. 

 

Prendida está la esfera 

con tus furtivas lágrimas 

y lloras, porque nunca 

pudiste soslayarla. 

Siempre inventando mundos 

que laten, cual si nada 

reconociera normas, 

o atuendos o guirnaldas. 

 

Y en ese «deber ser» 

que no te dice nada, 

se apaga toda luz, 

el quebranto del alma. 

Mientras la aurora crece 

y el sol plena la casa, 

y hay pájaros trinando 

entre las viejas ramas 

y el río, trajinando, 

te mira cual si nada 

le importara tu musa, 

tu presencia o tu lágrima. 

 

Mientras se opaca el cielo, 

las nubes se preparan 

a una lluvia gloriosa 

sobre la mismas aguas. 

Y ya no ves, así sigues,

somnolienta por tu fragua, 

de formar tantos versos 

como te pida el alma.

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